El papel de los gases de efecto invernadero distintos del CO2 (que es el actual referente en estas cuestiones) es cada vez más importante, sobre todo en los modelos predictivos climáticos. Estos tienen un mayor potencial radiactivo que el CO2, y numerosos estudios cuantifican su origen antropogénico de forma satisfactoria. Entre estos gases destaca el óxido nitroso (N2O) y su relación con la agricultura.
Uno de los datos a recordar es que la mitad de la población actual está viva gracias al proceso de Haber-Bosch (el proceso industrial para transformar el nitrógeno atmosférico en amonio, que produce fertilizantes y por consiguiente, alimentos y ganado). Si te han quedado dudas, aquí puedes leer algunos resultados de la Evaluación Europea del Nitrógeno (ENA), que explia Alberto Sanz Cobeña, compañero de la Red REMEDIA. Efectivamente, este proceso ha traído muchas cosas buenas, pero también otras malas que tenemos que remediar (la contaminación) . Como dice el vídeo, el conocimiento lo tenemos… ¿a qué estamos esperando para aplicarlo?
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