Por Gregorio Salcedo. CIFP La Granja (Cantabria)
Extracto del artículo publicado en Vaca Pinta (enlace)
El objetivo es estimar los gases de efecto invernadero (GEI) que emiten las granjas de vacuno de carne en Cantabria, así como la búsqueda de relaciones con los factores de producción que aporten estrategias de mitigación.
Un total de 101 explotaciones (4.698 vacas nodrizas) fueron encuestadas durante el año 2017 y analizadas bajo una perspectiva de análisis de ciclo de vida, con el modelo de simulación BeefCant. Las UF utilizadas en este trabajo fueron tres: i) una hectárea, ii) una unidad de ganado mayor (UGM) y iii) un kilo de peso vivo vendido para el período de un año.
El BeefCant es un modelo empírico que simula aspectos de manejo relacionados con la producción y salud ambiental de las explotaciones de carne. Su objetivo es el de servir como herramienta básica de gestión en la toma de decisiones dentro de un amplio rango de sistemas productivos. El modelo fue diseñado para el cálculo de los impactos ambientales, entre ellos el de la huella de carbono a la salida de la granja.
Descripción de los sistemas de carne en Cantabria
En general, los sistemas de producción de vacuno de carne pueden clasificarse en aquellos en los que el ternero permanece con la madre hasta la edad de 5-6 meses, “pasteros”; aquellos que se ceban en la propia explotación hasta la edad de 11 o 12 meses, “cebo”, y los que un determinado número de terneros se ceban, “mixtos”.
Las razas explotadas en Cantabria son un 60,7 % de razas puras y el 39,3 %, cruces. Las más utilizadas y de mayor a menor son Limousin, 21,7 %; Asturiana de los Valles, 16,6 %; Tudanca, 10,7 %; Parda de la Montaña, 4,9 %; Azul Belga, Fleckvieh, Blonda de Aquitana y Charolesa representan cada una el 3,6 % y el 2,94 %, la Monchina.
Emisiones de gases de efecto invernadero
Los gases producidos en la propia explotación representan el 85,8±5,3 %, con máximos de 86,7±4,7 % en los Extensivos y mínimos de 82,8±6,6 % los Intensivos. ambos porcentajes ponen de manifiesto las grandes oportunidades de mejora en la reducción de emisiones dentro de cada sistema de producción. Mientras, las emisiones de fuera de la explotación proceden de los propios procesos productivos implicados en los suministros que requiere una ganadería como la compra de alimentos, fertilizantes, electricidad, gasóleo, plásticos, animales, etc.
En general y para el conjunto de explotaciones, el metano (CH4) representa el 60,5±9,7 % de las emisiones totales de CO2-eq por hectárea, de los cuales el 89,8±2,8 % procede del rumen y, el 10,1±2,8 % del estiércol. Del total de CH4 entérico el 67,7±11,7 % lo emiten las vacas y toros, el 17,8±10 % las novillas mayores de 1 año; el 6,2±4,2 % los terneros pasteros; el 5,9±3,4 % las novillas menores de un año y el 2,3±4,6 % los terneros destinados a cebo. Las emisiones medias de metano por hectárea, UGM y por kilo de peso vivo vendido (kg PVv) fueron de 123±60 kg, 91±32 kg y 676±333 gramos respectivamente, sin diferencias significativas entre sistemas. Por contra, sí lo fueron numéricamente superior un 22,8 % en los Intensivos por hectárea, e inferior un 6,9 % y 5,9 % por UGM y por kilo de PVv respecto a los Semiextensivos.
La carga ganadera explica el 56 % de las emisiones de CH4 ha-1 y un 40 % los kilos de PVv ha-1 , donde aumentos de 1 UGM ha-1 y un kilo de PVv ha-1 pueden generar 47±4 kg y 0,24±0,03 kg CH4 respectivamente. Mientras, los gramos de CH4 por kilo de PVv se relacionan negativamente (r2=0,62 P<0,001) con la eficiencia alimenticia, al igual que los kilos de PVv por hectárea y con menor coeficiente de determinación (r2=0,32 P<0,01). Las explotaciones que ceban terneros emiten 223 gramos menos de CH4 kg-1 PVv respecto a las que no (P<0,001); sin diferencias entre las explotaciones que acceden o no al comunal, con emisiones de 669±296 g y 697±427 g, respectivamente.
Las estrategias para reducir las emisiones, entre otras, deben dirigirse hacia la mejora de la eficiencia alimenticia del rebaño, principalmente de las vacas, reduciendo al máximo los alimentos de baja calidad, aumentar el tiempo de permanencia de los terneros pasteros con las madres, mejorar la productividad de las praderas y eliminar animales improductivos.
Puedes consultar los detalles del artículo publicado en Vaca Pinta en este enlace.