Un Nuevo informe encargado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP en sus siglas en inglés) se centra en los grandes cambios que sobre los flujos globales de nitrógeno, fósforo y otros nutrientes han producido las actividades antrópicas, mostrando que, aunque dichos cambios han tenido beneficios enormes sobre la producción mundial de alimentos y energía, han supuesto una importante degradación de las aguas y la calidad del aire. Esta degradación del medio ambiente supone un riesgo para la salud de los seres humanos, está asociada a la contaminación del agua y del aire, contribuye al cambio climático, a la proliferación afloramientos dañinos de algas que atentan contra la vida de flora y fauna acuática, los recursos pesqueros y amenaza ecosistemas sensibles.
“Our Nutrient World” (1) está siendo presentado en el Consejo de Administración de la UNEP/Foro Ambiental Mundial a Nivel Ministerial que se celebra en Nairobi (Kenia) del 18 al el 22 de febrero 2013, y en su elaboración han participado 50 reputados expertos de 14 países, muchos de los cuales fueron ya responsables de la elaboración del “European Nitrogen Assessment” (2011).
En el informe se indica, por ejemplo, que una mejora del 20% en el la eficiencia del uso de los nutrientes supondría una reducción de 20 millones de toneladas en el uso mundial de fertilizantes nitrogenados. Los investigadores han denominado esta aspiración mundial como “20:20 para el 2020”. El análisis demuestra a su vez que estas medidas producirían un ahorro neto de aproximadamente 120 (35-290) billones de euros al año. Esta cantidad incluye los costes de implementación de medidas y los beneficios económicos asociados a una menor producción y uso de nitrógeno en fertilizantes, así como los beneficios sobre el medioambiente y la salud pública. Así mismo, se recomienda una legislación global para regular el uso de nutrientes aun reconociéndose que nos encontramos ante un problema de escala planetaria debido, sobre todo, al comercio internacional de los productos agrícolas. En consecuencia se hace un llamamiento a un marco intergubernamental para abordar estas cuestiones y se propone una hoja de ruta para alcanzar dicho objetivo.
El autor principal del informe, Prof. Mark Sutton del Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido afirma que “Nuestro análisis demuestra que una mejor gestión de los flujos de nutrientes puede llevar a la protección del medioambiente, del clima y de la salud humana, al tiempo que aborda la problemática derivada de la seguridad energética”.
Las fuentes de contaminación consideradas en el informe incluyen emisiones de la agricultura y ganadería y la quema de combustibles fósiles. A nivel mundial 80% del nitrógeno y fósforo cosechado es consumido por ganado, lo que mostraría que las decisiones de los ciudadanos sobre la alimentación con productos de origen animal tienen un gran peso sobre el suministro global de alimentos y la contaminación asociada.
El informe propone un paquete de diez acciones clave para reducir las amenazas causadas por el uso ineficiente de los nutrientes y hace recomendaciones de medidas compartidas para los gobiernos, el sector privado y los ciudadanos. Estas actuaciones incluyen:
- Acciones para mejorar la gestión de los nutrientes usados en la agricultura y la ganadería y que comprenden los cultivos, el ganado y la gestión de estiércoles. Estas medidas incluyen una amplia gama de técnicas que ya han sido desarrolladas pero cuyo uso no se ha generalizado, como la agricultura de precisión que es adecuada tanto para los países desarrollados como para los países en vías de desarrollo. Un ejemplo de una técnica ya en uso en Bangladesh es el enterrado de gránulos grandes de fertilizantes que previene la emisión de amoniaco a la atmósfera.
- Acciones para reducir las pérdidas de nutrientes en procesos industriales y en el tratamiento de aguas residuales, que incluyen el reciclaje de los recursos disponibles. Una meta a largo plazo es el desarrollo de técnicas de captura de los óxidos de nitrógeno procedentes de las fuentes de combustión en estos ámbitos, que representa una pérdida de recursos valorado en 28 millones de euros por año.
- Acciones para optimizar los flujos de nutrientes basadas en una mayor y más eficiente conexión entre la agricultura y la ganadería que lleve a aprovechar las oportunidades de reciclaje de nutrientes.
- Acciones para disminuir el consumo de proteínas animales, en sociedades en donde existen dietas hiperproteícas, centradas en la reducción voluntaria de dicha ingesta. Con el rápido aumento mundial en el consumo de carne y lácteos asociado a los cambios en los patrones dietéticos de países en Asia y Latino América, se ha puesto de manifiesto el gran potencial de nuestras elecciones dietéticas para influir en los niveles futuros de contaminación por nutrientes.
La coautora del informe, Dra. Bruna Grizzetti, del centro CNRS/Université Pierre et Marie Curie (UPMC) en Paris resaltó la importancia de localizar la producción agrícola. “Durante las últimas décadas, la agricultura y la ganadería se han visto separadas por cientos de kilómetros. La localización ayudaría a mejorar el reciclado de nutrientes, lo que reduciría las pérdidas de nutrientes y permitiría valorar más eficientemente los beneficios de la producción y los impactos negativos de la contaminación asociada”. Por su parte, el profesor Oene Oenema del centro de investigación Alterra (Wageningen University, Países Bajos) indicó que “los agricultores pueden disminuir de forma muy importante las pérdidas de nutrientes e incrementar el uso eficiente de los mismos mediante la implementación de paquetes de medidas racionales. Los beneficios de estas medidas serán, en todo caso, el resultado de investigación, educación, nuevas tecnologías y mejoras en el manejo”.
En el informe se indica el gran esfuerzo y buenos resultados alcanzados en algunos países en el ámbito de la reducción de emisiones procedentes de la combustión y el tratamiento de aguas residuales, frente al menor esfuerzo realizado sobre la reducción de las emisiones en sistemas agrícolas o relacionados con las opciones dietéticas de los ciudadanos.
(1) Es posible descargar el informe en: http://initrogen.org/index.php/publications/our-nutrient-world/
Alberto Sanz-Cobeña, Mark Theobald y Luis Lassaletta