Una nueva investigación publicada en la revista SCIENCE por un grupo de científicos entre los que se incluye el investigador Ikerbasque Unai Pascual del BC3, revela el verdadero coste de la agricultura en el contexto del cambio climático.
El tierra no está siendo utilizada de la mejor manera, según un nuevo estudio en el que participa el investigador Ikerbasque Unai Pascual del Basque Centre For Climate Change (BC3) y un equipo de economistas ambientales de diferentes lugares de Europa.
La investigación publicada en la revista Science (05 de julio 2013) revela que permitir que el uso de la tierra se rija únicamente por mercados agrícolas se traduce en considerables costes financieros y medioambientales para las personas. A pesar de que el estudio ha tomado el Reino Unido como objeto de estudio, se pueden aplicar los mismos métodos a cualquier zona del mundo con resultados similares en la mayoría de los países. En la mayor parte de Europa, el uso de la tierra está dominado por la agricultura. Casi la mitad del valor anual total de la agricultura de la UE se basa en subvenciones públicas que superan el 70 %, el 40 % y el 30 % en el caso de Irlanda, Reino Unido y España respectivamente, por nombrar unos pocos países.
El equipo de investigación, dirigido por el Profesor Ian Bateman de la Universidad de East Anglia (Reino Unido), estudió la rentabilidad de dicho apoyo público en el Reino Unido. Para ello, utilizó medio millón de registros del uso de la tierra, y concluyó que los patrones de uso de la tierra representaban un valor pobre para la sociedad por el nivel de subsidio recibido. El estudio sugiere que la reorientación de las políticas públicas podría mejorar notablemente la situación. Junto con los costes financieros tangibles en forma de subvenciones agrícolas, el equipo de investigación ha calculado el valor económico actual y futuro del uso de tierras agrícolas debido al cambio climático, incluido el valor de la producción de alimentos pero tambien los impactos medioambientales asociados, incluidas las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del cambio climático. También ha considerado el impacto de la reducción de las especies salvajes y de la biodiversidad provocada por la agricultura intensiva. De cara al futuro, la investigación sopesó las consecuencias de usos alternativos de la tierra ly evaluó varias situaciones alternativas hasta el año 2060.
El estudio demuestra la importancia de incluir el valor de los servicios del ecosistema en la toma de decisiones y utilizar todos los beneficios potenciales de trabajar con el entorno natural y fortalecer los procesos biofísicos. Asimismo, reconoce que se plantean algunos retos prácticos. Uno de los retos clave es garantizar la participación de los agricultores en la aportación de cambios en el uso de la tierra para beneficiar a la sociedad. El equipo de investigación recomienda, además, reformar la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea (UE). Al refundar la PAC como un mecanismo de Pago por los Servicios del Ecosistema, los agricultores obtendrían una recompensa a cambio de proporcionar un conjunto de servicios clave del ecosistema, incluida la mitigación del cambio climático mediante la reducción de emisiones de gases de efecto de invernadero, la regulación del agua, las conservación de las áreas de esparcimiento y de la biodiversidad.