Los arrozales (figura 1) son una de las principales fuentes de metano (CH4) de origen antropogénico de manera que aumentar la precisión en las estimaciones de emisiones de CH4 es fundamental para identificar y diseñar estrategias de mitigación del cambio climático. Para determinar prácticas de mitigación efectivas es necesario, por una parte, conocer el patrón temporal de emisiones y por otra, tener una mayor comprensión de las complejas interacciones ambientales y agronómicas que determinan las emisiones de CH4.

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Figura 1. Arrozal en el Delta del Ebro

Para poder aportar mayor conocimiento en este sentido, en IRTA, en el marco del proyecto LIFE EBROADMICLIM (http://www.lifeebroadmiclim.eu), realizamos un estudio en los arrozales del Delta del Ebro basado en un diseño de sitios múltiples con los objetivos de estimar las emisiones anuales acumuladas de CH4 y su patrón temporal y de realizar un análisis multivariante para poder identificar las principales variables agronómicas y ambientales explicativas de las emisiones de CH4.  Para ello, monitorizamos mensualmente, desde mayo hasta diciembre, las emisiones de CH4 (figura 2) y parámetros fisicoquímicos de agua y suelo en 15 campos comerciales de arroz distribuidos por todo el Delta del Ebro para poder captar su variabilidad geofísica y agronómica.

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Figura 2. Muestreo de gases de efecto invernadero mediante el uso de cámaras gas.

Las emisiones anuales siguieron un patrón bimodal con dos picos, en agosto y octubre (figura 3). Las emisiones acumuladas de CH4 ascendieron a 314 kg CH4 kg ha-1 de las cuales un 70% tuvieron lugar durante la post-cosecha. Según la fase de cultivo, esto es durante el crecimiento o en post-cosecha, las principales variables explicativas fueron diferentes. Durante el crecimiento del cultivo, las emisiones estuvieron positivamente relacionadas con el nivel de agua y la cobertura del cultivo, pero negativamente con el redox del suelo. En cambio, durante la post-cosecha la incorporación del rastrojo y la temperatura del suelo fueron los principales factores que estimulaban las emisiones de CH4 mientras que el nivel de agua se relacionaba negativamente, contrariamente al comportamiento durante la fase de cultivo.

Figura 3. Tasas de emisión mensuales de C-CH en arrozales del Delta del Ebro.

Por lo tanto, los resultados de este estudio destacan la importancia de incluir el periodo de post-cosecha en las estimaciones de las emisiones acumuladas, a menudo descuidado. Esta información representa un paso importante para la determinación de medidas de mitigación de emisión de CH4 en arrozales, las que sugerimos deben basarse en el manejo de agua y de rastrojo.

Autora: Maite Martínez Eixarch, IRTA.

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