En repetidas ocasiones se habla de la importancia de la ganadería extensiva para la conservación del medio ambiente, la protección de la biodiversidad y la prevención de incendios; la conservación del patrimonio natural, la fijación de población, el desarrollo rural y la gestión del territorio. Y pese a que la ganadería extensiva es capaz de proveernos de estos bienes públicos, el número de explotaciones se encuentra en una situación de caída continuada (MAPA, 2015). Hablemos por ejemplo del sector del ovino de carne en extensivo.
El proyecto H2020 SURE-Farm – Towards SUstainable and REsilient Farming systems nos ha permitido conocer el profundidad la situación del sector ovino en Huesca, en el que hemos realizado encuestas y entrevistas en profundidad con múltiples actores del sector: ganaderos, veterinarios, proveedores, cooperativas, asociaciones de productores y sector público, entre otros. Y todos ellos coinciden en que la situación del ovino en la región es crítica y las estadísticas así lo corroboran (Roldán, L., 2016). El sector ha de enfrentarse a un creciente número de retos, interrelacionados entre sí y con un creciente impacto en las explotaciones.
Liderando, se encuentran los retos de carácter económico; el sistema extensivo de ovino es un sector poco rentable, explicado por unos precios de venta estancados desde hace más de 20 años y unos crecientes costes de producción – principalmente alimentación y mano de obra-. Los ganaderos están haciendo un importante esfuerzo por mejorar la rentabilidad, sobre todo en lo que se refiere a la reducción de costes y la mejora del manejo del ganado. Trabajan por aumentar la prolificidad del ganado, aunque en este sentido la brecha con otras especializaciones ganaderas sigue y seguirá siendo muy amplia. Una cerda es capaz de parir 10 lechones dos veces al año; una oveja pare 1,5 corderos al año. Especializaciones más prolíficas son capaces de reducir en gran medida los costes de producción y ofrecer unos precios por el kilo de carne que la carne de ovino nunca podría plantear.
Pero no solo se trata de riesgos económicos, sino que importantes retos sociales amenazan la continuidad de los ganaderos de extensivo. Así la despoblación de las áreas rurales, la pérdida de servicios públicos y de ocio y el envejecimiento de la población rural hacen que los ganaderos y familias, que tienen que vivir cerca del ganado, no encuentren razones para seguir manteniendo la actividad y viviendo en zonas rurales. Todo ello unido a la elevada dedicación de tiempo que requiere el cuidado del ganado de ovino que no permite disfrutar de días de descanso y vacaciones, derechos que se han generalizado en el resto de las profesiones; todos los días hay que sacar al rebaño a pastar y requiere de una vigilancia casi permanente comparado con otras especialidades de extensivo, como el vacuno. La baja rentabilidad y la casi inexistente mano de obra con interés y formación complican el dar respuesta a esta situación.
No hay que olvidar que retos institucionales como el desacoplamiento de la producción de las ayudas y su vinculación al número de hectáreas, unido a la controvertida admisibilidad de pastos para la percepción de las ayudas, han supuesto una vuelta de tuerca más a la delicada situación del sector. Encuestas realizadas en el sector nos permiten a su vez comprobar que los ganaderos perciben que los retos identificados tienen un alto impacto en sus explotaciones[1]. Los ganaderos de ovino perciben un impacto en sus explotaciones superior al 5, en una escala de 7, de todos los riesgos identificados. A su vez la ganadería de ovino extensiva tiene una percepción de vulnerabilidad frente a los riesgos mayor que la percibida otros sectores extensivos, como es el vacuno (Grafico 2).
¿Y dónde se encuentra la verdadera preocupación de los ganaderos por el cambio climático? Como se ve en el gráfico anterior, los ganaderos de ovino perciben un alto impacto de los riesgos ambientales en sus explotaciones debido principalmente a un aumento de los costes. Periodos de sequías suponen a los ganaderos incurrir en un mayor coste para complementar la alimentación del ganado ante la escasez de pastos; en épocas en las que a su vez el precio de los cereales es mayor en situaciones de menor producción (Rubio, A., Roig, S., 2017). Pero su preocupación principalmente reside en la cada vez más negativa percepción de la sociedad sobre la ganadería y su contribución a la emisión de gases de efecto invernadero; hecho que está teniendo un profundo impacto en la reducción del consumo de carne. Los ganaderos son conscientes de la importante contribución de su actividad a la conservación del medio ambiente y claman su puesta en valor frente a otros sistemas de producción ganadera. Investigaciones en este campo demuestran que las emisiones netas de gases de efecto invernadero, reconociendo la provisión de bienes públicos, de las explotaciones de ovino más extensivas son menores de las de aquellas con sistemas de producción más intensiva (Ripoll et. al, 2013).
Unámonos al reto de la puesta en valor de la carne en extensivo y su relevante papel en la provisión de bienes públicos y apoyemos al sector para seguir alimentándonos con carne de calidad, protegiendo nuestros montes y manteniendo vivo el mundo rural. Entre todos podemos conseguir que el precio del cordero en extensivo refleje su calidad, valor social y medioambiental. ¡Come cordero con responsabilidad!
Autora: Bárbara Soriano (Investigadora, CEIGRAM – Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales)
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[1] Pregunta cerrada, respuesta escala de Likert 1-7: ¿En qué medida cree que los siguientes retos afectarán a su explotación? (1 no afecta, 7 afecta en gran medida a mi explotación).
Duong, T. T., Brewer, T., Luck, J., & Zander, K. (2019). A Global Review of Farmers’ Perceptions of Agricultural Risks and Risk Management Strategies. Agriculture, 9(1), 10.
MAPA (2015). Resultados técnicos-económicos. Ganado ovino de carne en 2015. Estudios de Costes y Rentas e las Explotaciones Agrarias. ECREA. Subdirección General de Análisis, Coordinación y Estadística. Subsecretaría. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Ripoll-Bosch, I.J.M. de Boer, A. Bernués, T.V. Vellinga (2013) Accounting for multi-functionality of sheep farming in the carbon footprint of lamb: A comparison of three contrasting Mediterranean systems. Agricultural Systems, 116, 60-68
Roldán, L. (2016) El ovino y caprino en Aragón, su evolución en los últimos 20 años. Gobierno de Aragón. Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad. Rubio, A., Roig, S. (2017) Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en los sistemas extensivos de producción ganadera en España. Oficina Española de Cambio Climático. Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Madrid.